Ilustración de Chantal Vizcaíno
No había tanta expectación por un submarino desde el famoso submarino amarillo de los Beatles. La diferencia es que este ni es amarillo ni va acompañado de una melodía. ¿O sí?
Una música de tensión suena cada vez que aparece la última hora de la expedición junto con la sintonía del telediario o en la cabecera del programa de radio de turno. Mucho están tardando en hacer un canal 24 horas sobre este suceso. Unos pagan con sus ahorros, ilusiones y su propia vida el subirse a una lancha con el motor averiado y con más aforo del permitido sin que nadie les pueda asegurar que van a llegar a salvo a esa “tierra de las oportunidades".
Luego están los que pagan cantidades ingentes de dinero simplemente por hacer una excursión. A ellos tampoco se les asegura el volver a tierra. Sacrifican su vida y la calderilla de sus bolsillos por una expedición en el mar que sólo la harían unos cuantos que ya no saben en qué gastar su dinero. Ahí sí. Ahí estamos todos pendientes. Bombardeados por los medios de comunicación con el minuto a minuto.
Sí, son personas que están bajo el agua y que se han quedado sin oxígeno, pero también son personas los que pierden la vida en nuestras costas mientras miramos hacia otro lado. Está claro que unos pagan un precio más alto que otros por cambiar de aires.
Seguro que los próximos inmigrantes que se suban a una patera, lo harán con la tranquilidad de saber que ellos también podrán abrir los telediarios. Lo único que tienen que hacer es cambiar la embarcación por una que sea sumergible y tener una Golden Visa. Cosas del directo.
Si tenéis tiempo, os recomiendo la película española 14 kilómetros, que trata muy de cerca el caso de unos africanos que deciden buscar un futuro mejor. Para ello, se juegan la vida en un viaje lleno de obstáculos y peligros. El nombre de la película es debido a la distancia que separa África de Europa por el Estrecho de Gibraltar.
Es triste pensar que la ética, hoy en día, puedan marcarla los medios de comunicación. Ellos deciden qué es noticia o no. Nadie convertiría ese pequeño submarino en noticia estelar si no saliese por activa y por pasiva en televisión, radios, portales informativos... De igual manera que rara vez ponen en portada el naufragio de una patera. Está muy visto, quizás. Y conocen bien a su público, también.