Ilustración de Chantal Vizcaíno No había tanta expectación por un submarino desde el famoso submarino amarillo de los Beatles. La diferencia es que este ni es amarillo ni va acompañado de una melodía. ¿O sí? Una música de tensión suena cada vez que aparece la última hora de la expedición junto con la sintonía del telediario o en la cabecera del programa de radio de turno. Mucho están tardando en hacer un canal 24 horas sobre este suceso. Unos pagan con sus ahorros, ilusiones y su propia vida el subirse a una lancha con el motor averiado y con más aforo del permitido sin que nadie les pueda asegurar que van a llegar a salvo a esa “tierra de las oportunidades".
Es triste pensar que la ética, hoy en día, puedan marcarla los medios de comunicación. Ellos deciden qué es noticia o no. Nadie convertiría ese pequeño submarino en noticia estelar si no saliese por activa y por pasiva en televisión, radios, portales informativos... De igual manera que rara vez ponen en portada el naufragio de una patera. Está muy visto, quizás. Y conocen bien a su público, también.
Es triste pensar que la ética, hoy en día, puedan marcarla los medios de comunicación. Ellos deciden qué es noticia o no. Nadie convertiría ese pequeño submarino en noticia estelar si no saliese por activa y por pasiva en televisión, radios, portales informativos... De igual manera que rara vez ponen en portada el naufragio de una patera. Está muy visto, quizás. Y conocen bien a su público, también.